Una Ciudad Creativa se abre paso a la 14 Bienal de La Habana

Karen Reyes Aróstica
La Oficina del Conservador de Trinidad expresó su apoyo a los proyectos artísticos que aspiran a participar en la 14 Bienal de La Habana, manteniendo especial cuidado sobre los valores que nos valieron para obtener el título de Patrimonio Mundial y Ciudad Creativa en Artesanía y Artes Populares de la Unesco. Así quedó dicho en el encuentro con artistas locales y representantes del equipo de producción de uno de los eventos más importantes desarrollados en Cuba.
Reunidos en el Centro de Documentación Casa Malibrán, las partes expusieron proyectos, necesidades e inquietudes de cómo y cuándo se podrán presentar las ideas.
De acuerdo con Norma Rodríguez Derivet, presidenta del Consejo de Artes Plásticas, se trata de una bienal de coherencia hacia la sostenibilidad de la vida en el futuro. De ahí que se abogue por el arte del reciclado, la reutilización y otros conceptos a tono con los tiempos que vivimos de crisis y escasez de recursos. El arte no puede estar alejado de la realidad, por eso, apostamos por proyectos cuyas producción artísticas sean sostenibles pero tan interesantes como para dinamitar el pensamiento del público y de la Bienal.
Además Nelson Herrera Isla comentó la determinación ante la disyuntiva shakesperiana de hacerla, pues siempre habrá un pretexto, una situación mayor que lo impida. Mientras Duznel Zerquera Amador, Conservador de Trinidad, dijo que era el momento ideal pues aquí se organizan otros eventos internacionales que pueden contribuir con el posicionamiento de la ciudad, su despertar y reconocimiento al que tanto aspiran sus habitantes.
Todos los reunidos concordaron en que la 14 Bienal de La Habana viene para hacernos pensar a Trinidad desde una cualidad que no ha tenido hasta ahora, la modernidad, la contemporaneidad y proyectar la ciudad desde ahí. A ello contribuye la larga y fructífera historia de la otrora Academia de Arte Oscar Fernández Morera, formadora de importantes artistas que hoy son conocidos internacionalmente.
Sin dudas, Trinidad tiene una cualidad dialéctica entre suplir necesidades materiales de la cotidianidad para el turismo y la expansión mental, la ruptura de los límites del pensamiento que deberán quedar resueltas desde la cultura como eje transversal de su economía.