Rosela Ayala Hernández: mujer de números, líneas y pasión
Aida Rosa Rodríguez
Existen mujeres emprendedoras que rompen los estereotipos y con su quehacer diario inspiran a crear. Su devoción por Trinidad y el patrimonio la han llevado a entregarse por completo durante 25 años a su labor como arquitecta y Directora del grupo de inversiones en la Oficina del Conservador de la Ciudad de Trinidad y el Valle de los Ingenios. La pasión por su profesión es inconmensurable al punto en que se descubre a veces incapaz de desprenderse del trabajo. Hasta el último segundo está analizando y debatiendo con sus colegas la proyección de una obra o el presupuesto para la restauración de un inmueble. Por ello, escogió su oficina para acceder a conversar conmigo.
Rosela Ayala recuerda con gran satisfacción la preparación profesional recibida durante su tiempo en el Instituto Preuniversitario de Ciencias Exactas “Eusebio Olivera Rodríguez” y el apoyo de su profesor de diseño técnico que vio en ella las actitudes necesarias para ingresar en la carrera de Arquitectura.
¿Durante tu tiempo en la universidad realizaste algún trabajo vinculado a los diferentes estilos arquitectónicos que despertara tu pasión por el patrimonio trinitario?
En la carrera la parte de arquitectura colonial no se da muy profunda. Solamente cuando uno está aquí entiende que esto es una especialidad. Es muy diferente a lo que dimos en la carrera. En aquella época el método de enseñanza partía de los enfoques de estudios rusos que se centraban en la parte técnica y dejaba de lado lo artístico. Sin embargo, a mí me cautivó la parte estética de la arquitectura de mi ciudad y para indagar sobre el tema escogí un módulo opcional de Historia del Arte. En él se vinculaba la arquitectura y el patrimonio, lo que despertó mi interés por estudiar Trinidad a profundidad.
Tu trabajo de diploma se basó en los Principales Componentes de la fachada en la arquitectura trinitaria, lo cual fue muy novedoso para la época. ¿Por qué te decides por ese tema?
Me considero una persona muy curiosa y siempre quiero saber. Deseaba conocer más sobre la arquitectura trinitaria. Comencé a buscar temas de investigación. Le conté a mi familia y amigos mi inclinación por los estudios sobre la ciudad. Una vecina, por azares de la vida, me llevó hasta Roberto Rafael López Bastida (Macholo). Él tenía estudiantes de tesis todos los años, pero era un hombre muy selectivo y siempre escogía muy bien las personas con las que iba a trabajar. Llegué con un muchacho de Yaguajay y nos propuso un tema de tesis que me encantó. Hicimos la investigación de tipología arquitectónica de las fachadas trinitarias, de la que no sabíamos nada y de la que aprendimos ¡mucho, mucho! Era un reto para todos. Cada vez que llegábamos con Macholo para que nos revisara el trabajo, se sentía como estar en una clase. Él era una persona muy inteligente, con ganas de transmitir sus conocimientos y realmente sabía cómo hacerlo.
El Equipo Técnico de Conservación y Restauración de Trinidad y el Valle de los Ingenios se encargó del cuidado y salvaguarda de los valores patrimoniales durante los años 90. ¿Cómo llegaste y cómo fue tu tiempo de trabajo allí?
«Salí de las aulas universitarias para el trabajo con el Equipo. Quizás fui una de las últimas personas que entró. Éramos los continuadores del legado de Teresita Angelbello, Alicia García Santana, Víctor Echenagusía y Carlos Joaquín Zerquera. Al ser egresada me desempeñaba como arquitecta auxiliar. Fue una época de aprendizaje continuo. Lo recuerdo como un tiempo muy bonito en el que se respiraban aires de investigación y nuevos proyectos. En ese tiempo trabajaba acondicionando inmuebles patrimoniales para los nuevos usos turísticos. Así me fui formando en la realización de obras para la ciudad».
Del Equipo Técnico de Conservación y Restauración de Trinidad y el Valle de los Ingenios surgió la célula de la cual nacería la Oficina del Conservador de Trinidad. Sus miembros fueron los encargados de crear el expediente para su estructuración. Con la creación de esta institución, los especialistas que trabajaban en pos de la conservación del patrimonio tendrían más cobertura para desarrollar su labor con la obtención nuevos recursos. Además, permitió que se materializaran los proyectos y las investigaciones que se habían realizado hasta ese momento. La fundación de la Oficina del Conservador de Trinidad y el Valle de los Ingenios fue la máxima expresión del Equipo de Restauración.
¿Cómo fueron tus inicios en la Oficina?
«Escuchaba hablar a mis colegas que se iba a fundar algo nuevo. Cuando estaba en el Equipo veía distante la inauguración de esa institución, pero estaba rodeada de personas muy emprendedoras. Era muy inspirador el trabajo en la Oficina. Para mí era la oportunidad de obtener una plaza fija con la creación de nuevos puestos porque hasta entonces estaba de adiestramiento. Las plazas se fueron otorgando según la capacidad de cada uno. Macholo era entonces el Director y le echaba el ojo a lo que cada uno podía ser y en qué puesto debía estar».
«Él siempre hablaba del tema de Inversiones, de la importancia de la parte administrativa que había detrás de la conservación. Decía que era necesario hacer un equipo para ejecutar las obras y vio en mí las facultades para ocupar el puesto. Era algo totalmente novedoso. Por lo que siempre estaba cuestionándomelo todo. Indagaba sobre cada uno de los temas que podían surgir».
A la hora del trabajo a Rosela le gusta conocer cada detalle. Siempre está rodeada de sus colegas escuchando atentamente todas las propuestas. Es muy exigente en lo que hace. La perfección es requisito en su quehacer diario.
¿Cuál ha sido tu mayor reto en la Oficina?
Superarme es un reto constante para mí. Recuerdo que acabada de entrar al departamento y Macholo me dijo: “tienes que ir a un curso en el Centro Nacional de Conservación, Restauración y Museología (Cencrem)”. Este pedía que tuvieras al menos cinco años de experiencia y yo tenía meses de graduada. Él llamó a varias personas decisoras en La Habana y les dijo: “Yo necesito que la formes, porque ella va a trabajar en la Oficina en un tema importante y preciso que esté preparada”. Finalmente me aprobaron.
Fue interesantísimo. Pura restauración y conservación. De los cuatro trinitarios que lo recibimos solo yo tenía la desventaja de tener tan poca experiencia y los demás de no ser tan jóvenes como yo. —Sonríe.
Siempre has vivido en Trinidad y le has dedicado toda tu vida profesional a su cuidado y protección. ¿Qué significa Trinidad para ti?
Realmente no me concibo en otra parte. A veces cuando viajo conozco otras ciudades, las comparo y me pregunto cómo sería mi vida allí, pero no me veo. ¡Soy trinitaria por excelencia! Mi ciudad es lo más grande. —Hizo una pausa para tomar aire y secar las lágrimas que corrían por su mejilla. Para ella es inevitable no emocionarse cuando habla de Trinidad—. De forma enérgica me dijo: ¡Amo esta ciudad!
A pesar de que has recibido varias ofertas de trabajo siempre has apostado por permanecer en la Oficina del Conservador ¿Por qué decides quedarte?
«A veces me pregunto cómo podría irme. Sé que es difícil entender que una persona ha trabajado 25 años en el mismo lugar. La gente por variar y por temas económicos le gusta moverse de un lugar a otro, pero yo no me concibo sin ella. Realmente me siento feliz trabajando con el patrimonio. Aunque mi familia me reclame a veces porque el trabajo me absorbe mucho tiempo. Ellos comprenden mi pasión por Trinidad y me apoyan. Siento por la Oficina un poder que me atrae y envuelve. Imagínate, es mi segunda casa, la quiero muchísimo, la defiendo por encima de todo…»
Con la consolidación de la Oficina del Conservador surgió la necesidad de crear un reconocimiento que sirviera de estímulo a los trabajadores más consagrados, estableciéndose así el Premio “Umbral”. La labor ininterrumpida de Rosela Ayala en la conservación y salvaguarda de los valores patrimoniales de Trinidad la hizo merecedora de este en el 2020. Al preguntarle qué había sentido al recibirlo no pudo evitar sonreír. Sus ojos brillaron.
«Recuerdo cuando se habló por primera vez del premio y cómo trabajamos para que se concretara. Este se les otorgaba a personas muy trabajadoras y de muchos años de experiencia. En aquel tiempo lo veía como algo que estaba muy lejos de mí. Siempre creí que nunca me llegaría, pero me llegó y me sorprendió. Me llamó la atención cómo algunos compañeros lo sabían y mantuvieron el secreto. Cuando lo tuve en mis manos me dije: “¡Ay, qué viejita me he puesto! —ríe — pero la verdad es que ya son 25 años trabajando”».
¿Si tuvieses que definir tu tiempo en la Oficina con una palabra cuál sería y por qué?
Entrega —queda pensativa unos instantes— ¡Sí, entrega! Me gusta lo que hago y me gusta hacerlo bien. A la Oficina le he entregado 25 años y podría darle toda mi vida.
Muy bonita entrvista. Tuve la oportunidad de trabajar con Rosela en los primeros momentos de creación de la oficina, conservo muy bonitos recuerdos, coincidimos un grupo de trabajo, a mi juicio, apacionados y entregados a la labor aunque no teníamos en su mayoría la experiencia y preparación necesarias, pero se estudiaba, se preguntaba todo lo necesario y se continuaron los trabajos para tener una mejor ciudad. Felicidades amuga, a seguir así.
Felicitaciones a la entrevistada, es un maravilloso proceder mezclar amor al conocimiento y pasión por el oficio, y hacerlo durante tanto tiempo e ininterrumpidamente. Gracias a Aida por el reportaje
Excelente entrevista 👌🏻👌🏻👌🏻 es una inspiración para mí como joven universitaria….
Me gusta porque es mujer emprendedora a la que le gusta su trabajo, no tengo mucho que decir pero con esto bastará: Mujer emprendedora que me dejó boquiabierto con su gran labor ya que a estado en la oficina del conservador en Trinidad Cuba por 25 años, para mí es un honor saber que todavía existen personas dedicadas como ella. Un placer.
Maravillosa entrevista Aida felicitaciones eres una excelente profesional igual tu cumplirás muchos años ejerciendo tu vocación que tanto te apasiona…
Buen trabajo Aida.
Me ha permitido conocer de una mujer muy dedicada a una labor muy interesante como es la de preservar el patrimonio de una ciudad tan rica en su historia.
gracias.
Excelente entrevista de Aida, me encantó la verdad, muy interesante las palabras y sentimientos expresados por una bella personalidad que representa nuestra ciudad, me permitió conocer su ardua labor, y su deseos de seguir cada día preservando nuestro Patrimonio con amor, arquitectura y belleza. Muchas gracias.
Un excelente resumen sobre la dedicacion al trabajo de esta profesional trinitaria. Las palabras de la autora definen con precision lo que a todos nos gustaria preguntar a Rosela. Donde pudieramos encontrar mas trabajos de Aida Rosa?