Linet Medina Reyna: calidad y destreza en las artes manuales

Bessie Rodríguez Landestoy
Diversas actividades e iniciativas locales tuvieron lugar en Trinidad en el marco de festividades de la 49 edición de la Semana de la Cultura Trinitaria. El museo Romántico y el proyecto Urdimbre lanzaron una convocatoria para todas las personas interesadas en participar en la Primera Edición del Festival del Pañuelo “Teresa Toscano in Memoriam”. Este concurso tiene como premisa la conservación y revitalización de las labores de la aguja. Además, rindió homenaje a la reconocida creadora y maestra artesana, quien fue merecedora en 2006 del Premio a la Excelencia Artesanal en el Área del Caribe y Latinoamérica por la Unesco y a la Maestría de la Artesanía Cubana por el Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC).
Linet Medina Reyna fue la ganadora del primer lugar. Una adolescente trinitaria de 13 años de edad, que desde los cinco años ya bordaba. Hoy afirma que domina muy bien todas las técnicas de la randa y el crochet, dice que la maya y el bolillo le resultan las más interesante. Solo le falta aprender la confección del macramé.
La joven trinitaria integró el círculo de interés Pequeños Artesanos, por sus conocimientos manuales ayudó incluso en el monitoreo de sus compañeros. En estos momentos se encuentra vinculada al taller de creación de artes plásticas de la Casa de Cultura Julio Cueva Díaz, donde ha obtenido reconocimientos en el Salón Municipal de Plástica Infantil “De donde crece la palma”. Fue también ganadora del concurso “Tradiciones” que auspició el museo de Arquitectura durante los años 2020 y 2021, y es miembro aspirante del Salón del ACCA.
Como toda adolescente, todavía su vocación no se define. Los caminos de la medicina se cruzan cual trama de un tapete con las manualidades.
¿Si lograras ser doctora, dejarías atrás lo aprendido en la lencería?
Con una sonrisa en los labios afirma: La costura no la dejaría por ninguna otra profesión. En mis tiempos libres seguiré trabajando la tela.
¿Qué importancia le atribuyes al taller de artes plástica?
Los encuentros con Pedro Villafuerte los aprovecho al máximo. Realizo dibujos y diseños de utensilios de cocina, flores, frutas y otros. Luego, los utilizo para bordar manteles, pañuelos y servilletas.
De las técnicas artesanales aprendidas, ¿a cuál crees que le has puesto mayor empeño para aprender?
Para aprender las técnicas… creo que todas llevan empeño. En mi caso fue la maya.

En estos momentos te encuentras asistiendo al taller del proyecto “Entre agujas” de la Oficina del Conservador que radica en la calle Independencia. ¿Qué te han aportado estos encuentros?
Soy la única adolescente activa en el Taller. Los intercambios con otras personas de diferentes edades me han aportado conocimientos y experiencias para la vida.
¿Personas a las que quieres agradecer tu formación creadora?
Son muchos. El primer agradecimiento es para mi madre, Santa Reyna por brindarme su apoyo y exigencias. También a Carmen Cadalso, Marilén Entenza, Magaly Ramírez y Mery Viciedo. Todas me han entregado su sabiduría incondicionalmente.