La casa Tristá se llena de Vida

Karen Reyes Aróstica
Sensibilidad y cercanía son las palabras que perfectamente definen la charla inaugural del programa del museo Casa de la Obra Pía en Trinidad. Las especialistas y las maestras muñequeras propiciaron un recorrido verbal por las instalaciones de la otrora casa colonial habanera y el actual trabajo de empoderamiento femenino que realizan.
El vínculo con las mujeres vulnerables y la transformación de la familia son líneas estratégicas que ambas Oficinas desarrollan mediante proyectos comunitarios. Vida y Entre agujas, de La Habana y Trinidad, respectivamente, tienen una larga historia y gratas vivencias que contar durante esta semana.
Desde este 8 de agosto y hasta el próximo 13, materiales reciclados y creatividad serán las protagonistas de los talleres. Mientras que en sesiones paralelas la MSc. Marbelis ___ se acercará a la información técnica y los procesos de descripción y catalogación de las piezas museables de lencería que se atesoran en Trinidad.
El encuentro sirvió para conversar de los proyectos de colaboración internacional, barriales y los diferentes programas que se articulan a través de la casa de la Obra Pía. Cada uno de ellos promueve las industrias creativas y el emprendimiento y ponen como centro la cultura. Una forma de transformar las dinámicas familiares y fortalecer la economía de aquellos que se acercan a estas manualidades.
Pero el camino no ha sido alfombrado. Como todos, sufrieron el confinamiento producto de la covid 19 y tuvieron que reinventarse ante la distancia física. Vencer las aparentes barreras de la virtualidad les devolvió gratos momentos como el evento virtual internacional con más de 85 personas conectadas para hacer muñecas. O aquel en el que solo hombres aprendieron a hacer personajes femeninos de los dibujos animados. Una aparente dicotomía que desaparece como una puntada invisible durante la creación de cada muñeca.
Por casi dos horas, el espacio de tertulias de la casa Tristá fue testigo de confesiones, conoció nuevos rostros dispuestos a cocer alegrías, recibió aplausos y rió con cada uno de los matriculados en los talleres de muñequería. Fue como recibir a la familia que viene de La Habana y que llega con las buenas nuevas de la capital, a la vez que expectante ansía conocer las musas y tradiciones del centro sur cubano, rico en exquisiteces de la lencería.
Y no hubo mejor manera de concluir la charla que inaugurando la exposición Muñequeando a ritmo cubano, de La Habana a Trinidad. Un pretexto para mover el cuerpo y quedar asombrados ante cada detalle de los muñecos que representan la tradición danzaria cubana. \lsdlocked0 Lis