Los carnavales trinitarios
Manuel Lagunilla Martínez.
Las negras pieles curtidas por el fuerte sol tropical transpiran un copioso sudor, su fuerte olor se mezcla con el del aguardiente que, a grandes sorbos, toman los músicos mientras percuten unos muy rústicos y bien templados tambores de marcado acento africano. AI frenético ritmo de la música, los bailadores mueven sus cuerpos con lujuriosos contoneos de caderas. Es el carnaval, fiesta de honda raíz popular, signo identitario de nuestra cultura inmaterial.